Simbología de campaña
Mar de leva-.
¿Un símbolo dice más que mil palabras? Un icono visual de campaña resume todo
la conceptualización del proceso de impulso de la opción candidatural.
Las imágenes son
elementos que nos permiten el flujo comunicacional y los niveles de penetración
entre los públicos metas.
Desde la esvástica
de los Nazis llegando hasta la hache “H” atravesada por una fecha apuntando a
la derecha que recién presentó Hilary Clinton en su campaña rumbo a la Casa
Blanca, los símbolos forman parte de la dinámica comunicacional en las
elecciones.
¿Por qué son tan
importantes? Una campaña y un candidato están cargado de mensajes que
trasmitir. Su deseo es la de difundir
sus creencias, opiniones, propuestas, visión, etc., más no existe tiempo para
decirlo todo, y forma efectiva para transmitirlo.
Ante esto, los
símbolos son herramientas esenciales para aglutinar una serie de elementos
políticos, sociales, psicológicos que ayuden al posicionamiento de la
candidatura.
La creación de
identidad entre el elector y el líder es fundamental, sin esta ni existiría,
por muy buena que sea la estrategia política un triunfo en las urnas
electorales.
Los símbolos nos
ayudan para crear, reforzar y mantener una identidad constantes entre los
públicos y el candidato.
El reconocimiento
del “no estamos solos” cuando observamos chapas, camisas, gorras, calcomanías,
y demás nos ayudan a reforzar el “contagio” entre los electores.
A medida que observemos
mayor número de símbolos que representen un candidato más convencido estamos
que esa opción es la que posee “la mayoría”.
La simbología de
una campaña debe y tiene que dominar todo el espectro comunicacional y
propagandísticos de ésta. La imagen visual debe repetirse por todas partes
desde el volante, pasando por los spot de televisión, y las redes sociales.
Los íconos nos
facilitan el posicionamiento en el cerebro del elector de los mensajes
estratégicos que nos permitirán acrecentar nuestra táctica comunicacional.
¡Ahora bien! El
símbolo debe tener una permanente relación con el mensaje que se va a
transmitir.
Decir un mensaje
que no tenga relación con el símbolo, o transmitir una imagen del candidato o
del partido ajeno a los elementos visuales de la campaña se creará un “ruido” que derrumbará toda la estrategia política
y comunicacional.
Para la elaboración
de un símbolo debe existir el trabajo armónico y constante de psicólogos,
comunicadores, politólogos y analistas para hacerlo lo más efectivo posible.
Existen muchos
ejemplos de simbología de campaña. En las pasadas elecciones los dos candidatos
que aglutinaron mayores apoyos, Ollanta Humala y Keiko Fujimori resumieron sus
emblemas electorales con las iniciales de sus nombres “O” en el caso de Ollanta
y la “K” en el caso de la hija de Alberto Fujimori.
Otro caso, alejado
de las iniciales, fue el “corazón” de Hugo Chávez en su campaña del 2012,
cuando resumió su concepto de campaña en la frase “Corazón del Pueblo”.
En Argentina la
campaña del 2011 se centró en “Cristina… La fuerza de un pueblo” acompañado con
su imagen saludando con la mano alzada.
Siempre es
necesario que nuestra estrategia se base en tácticas efectivas de comunicación
donde la simbología posee un espacio transcendental.
¡Comunícate y hazlo
bien!
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